lunes, abril 21, 2014

9 años de FacilityManager

El día 23 de abril se celebra en parte de España el día del libro. Suelen regalar una rosa roja y un libro para conmemorar por una parte, el nacimiento de los grandes de la escritura española, y para recordar a San Jorge que rescató a una princesa de las garras de un terrible dragón que azotaba el lugar, por la otra. De un certero golpe con la espada, pudo dominar al monstruo, y de su interior brotaron rosas rojas en vez de sangre. Es por eso que se regalan libros y rosas rojas este día. Además, suelo recordar que en la fecha, hiciera por primera vez una pregunta, en la universidad, haciendo un postgrado:
 ¿y qué es un blog?

Al año, y dictando justamente una materia de un Postgrado del Politécnico de Madrid que se ofrecía en Venezuela, con la Universidad Católica, UCAB, fue que decidí abrir un blog, una bitácora en la web. Durante estos años he conocido a gente maravillosa en España, Chile, Argentina, México y Venezuela compartiendo numerosos conocimientos, hasta poder entender que los que entramos la tecnología ya grandes, no nos iba a ser tan fácil poder convivir con ella. Y fue a Laura Rosillo en su grande blog, que leí que existía un término que ella denominó como “madurescentes”, algo así como ser adolescente en la madurez. Es extraordinario tener competencias digitales luego de haber escrito cartas y trabajos en máquinas de escribir; es fantástico poder tener acceso al conocimiento cuando antes tenía que visitar una biblioteca, y grandioso poder escribirle a quién te quiera leer, cuando antes era cosa de la vida si podías o llegabas a escribir un libro.

La misma Laura Rosillo en su blog ha escrito ahora que ya no es “inmigrante digital”, sino “residente digital”. Y me quedo con el término pues es como aquella historia de Pigmalión, imposible de ser lo que antes fue. El proceso es inmigrar, pero el camino es ser residente. Residentes que crean, conocen, bloguean, digitalizan, co-crean y comparten. El mundo digital sin dudas, es lo mejor que a nuestra generación les pudo pasar; tener el conocimiento del antes y del después: los que vienen ya no van a saber lo que se siente en la transición.

En estos 9 años además de declararme un blogger, también me declaré “Consultor Artesano” dado por la alta influencia de los maestros de España que hacen vida madurescente también, pero de vez en cuando, al menos una vez al año, disuelven la virtualidad para verse las caras. Del compartir digital y del presencial, ha nacido, de la mano de Julen Iturbe, el concepto de artesanía en la consultoría. Fascinante término para denotar que se puede construir piezas de arte en las organizaciones a partir de la técnica y de los materiales que hallen dentro de ella. Construir realidades basados en necesidades reales y sentidas. Soluciones hechas a la medida, cuando el consultor deja de ser lo que era para transformarse junto a la empresa en la transferencia mágica de conocimientos tácitos y explícitos. El consultor también cambia, eso nos diferencia de la consultoría industrial.

La pluma que escribe también se ve afectada al estar al lado de excelentes plumas como la de Manel, @cumclavis, la pluma de Amalio Rey, @arey, la de Laura Rosillo, impecable, @arosillo, y la de mis amigos Pedro Rojas, y la de Ignacio,@ignacionacho. Con todos hemos construido conocimiento, declarando de viva voz lo certero que es la construcción del conocimiento colectivo, aquello que la teoría de sistemas declaraba, cuando decía que el todo era mucho más que la suma de sus partes. Es lo grande de lo holístico. En mi país y más de cerca, a mi amigo Octavio Ballesta y su excelente blog de RRHH, Talento en Expansión.
Ya no se debate tanto en los blogs como antes; la gente prefiere la inmediatez de las redes sociales; y es por eso que los blogs se incorporan a estar presentes también allí. Los comentarios ya no son los que dejan en tu página, sino son aquellos que se van tejiendo en la creación colectiva, en los aportes, en las veces que lo comparten. Ahora, ya en la serenidad de quién ya tiene su certificado de residente “digital”, podemos estar presentes para cuando la siguiente transformación llegue a ocurrir.

Este 23 de abril, en el día de San Jorge, he escogido de mi biblioteca, 10 libros que voy a compartir con mis compañeras de trabajo, junto con una rosa. (en mi piso hay 10 compañeros). Con ellos, una nota que dice que hagan lo mismo cuando los hayan leído. Los libros han sido por años, mi más grande tesoro; pero ahora los veo en estantes, envejecidos, con polvo y pienso que no es justo que aquellos ,los mejores, los más necesarios, se queden conmigo una generación completa, solo por el hecho de poseer-los  Ahora se liberan; los libros también son madurescentes y comienzan (deben comenzar) una nueva vida. Esto es una declaración.


1 comentario:

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo...

Y que vengan muchos más, Alberto :-)
Un abrazo,
Julen