domingo, junio 22, 2014

Las ofertas, peticiones y promesas en las conversaciones organizacionales

Pedro es un empleado de una empresa de productos de consumo masivo, y va a hablar con su jefe. La conversación se centra en que Pedro ha dejado de cumplir sus ofertas del logro de metas y el jefe le hace una serie de quejas acerca  del desempeño. Pedro le dice que nunca hubo una promesa, que la petición que hizo nunca fue aceptada formalmente, por lo que no se constituyó en promesa. ¿Tiene razón Pedro?


Desde la ontología del lenguaje, (Echeverría, 2003), las promesas se definen como peticiones u ofertas que han terminado con una declaración del SI, y generalmente son los actos lingüísticos desde donde se establecen las metas de los subordinados constituyendo su plan de trabajo anual. Los supervisores deberán observar en la constitución de la petición, que realmente el supervisado realice su declaración de aceptación correspondiente. Las promesas se constituyen en un ciclo, pero además de ser aceptado, debemos limitarlo en alcance, tiempo y hasta en las expectativas que tenemos de su cumplimiento.

Las ofertas y peticiones que no han sido aceptadas con una declaración producirán quejas fundadas en que se solicita algo de lo cual no se obtuvo una clara aceptación, mientras que con una promesa aceptada la persona podrá hacer reclamos para obtener aquello que fue prometido. Las promesas por consiguiente vienen a ser herramientas poderosas que deberá manejar la gerencia en sus actividades de planeación, estructuración de metas y en el seguimiento del plan mediante la medición de la gestión del desempeño.

La estructura de conversación de acuerdos y metas a cumplir entre un gerente y su supervisado se basan en la concordia que ocurra entre la visión de ambos, la estrategia empresarial, la realidad país, y lo real de la factibilidad de alcanzar las metas. Una vez superado esto, las conversaciones se fundan en el establecimiento de ofertas y peticiones que el supervisado declara aceptar, y en el compromiso que estructura la promesa, se establecen fechas, formas de medir, el seguimiento y los entregables tangibles o intangibles dependiendo del caso.

La estructura de las promesas y las ofertas no son las mismas pues cambia quien lo pide o da, sin embargo, siempre alguna de ellas más una declaración de aceptación, constituyen una promesa.  Las promesas entonces, deben ser cumplidas. Muchos gerentes se encuentran en quejas con sus subordinados pues dan a veces, como un hecho que las metas se aceptan por la obviedad de las acciones, pero cada quién tiene su propia mirada y no necesariamente entonces, se entienden las mismas cosas. Es por eso que los planes y proyectos se detienen, no avanzan o  van a su propio ritmo.

Trabajar en el aprendizaje organizacional en la constitución de ofertas y peticiones en promesas viene a ser un factor elemental en el desarrollo de la efectividad empresarial pues aleja de la obviedad, el entendimiento, claridad y compromiso de los acuerdos entre las dos partes.

El ciclo de las promesas, según Echeverría (2007), se divide en dos fases, una que constituye la promesa y la otra fundamentada en su cumplimiento. La etapa de constitución de la promesa también se divide en dos partes; una que viene a ser en la creación de contexto para negociar y la negociación en sí misma. La etapa del cumplimiento de la promesa también se divide en dos partes, la realización de la promesa y su evaluación, a continuación. La promesa se cierra con la medición o conocimiento de la satisfacción de la promesa recibida.

Existen dos factores fundamentales en la constitución de una promesa; primero, la confianza que se tienen las partes y segundo, el trasfondo compartido de las inquietudes. Esto último quiere decir, que en toda negociación, las partes como elemento fundamental, se comprometen a cerrar la brecha de como las cosas se observan y se entienden, así como las distinciones de las cosas que son objeto de la negociación.

La ontología del lenguaje nos habla del poder generativo que tiene, y a su vez transformador. La impecabilidad en la ejecución de una promesa nos hará más eficaces a la vez que nos hará mejores personas.

Lecturas:
Echeverría, Rafael, (2003) Ontología del lenguaje. Recuperado el 21 de Junio de 2014 y disponible en,


Echeverría, Rafael, (2007). El ciclo de la promesa. Conferencia Newfield Consulting. Material de apoyo del Programa de Certificación de Coaching Ontológico, Caracas: Indelser.

Foto: La foto es una Acacia, un árbol que siempre florea en mayo y junio, cumpliendo una promesa de la naturaleza de los ciclos perpetuos de vida y esperanza

1 comentario:

Martin Jeri dijo...

Primero que todo es logico que tiene que haber una mejora de comunicación entre Pedro y su supervisor, y que el supervisor debe dejar mas claros las ordenes y las labores que le manda a Pedro a realizar. Sin embargo Pedro debe tener en cuenta que es muy importante el ser proactivo al momento de trabajar en una empresa, para así poder ir subiendo en el rango de empleos, por lo tanto Pedro debe ser capaz de hacer labores y trabajos sin que su supervisor este detrás de el todo el tiempo revisando su productividad, por eso es importante que Pedro tambien cambie su actitud.