domingo, mayo 01, 2016

La mejor versión de mi mismo

"No vemos las cosas como son, vemos las cosas como somos"
 Talmud,

La mejor versión de mi mismo/ mi mejor versión
Esta frase: “procurar la mejor versión de mi mismo” la hemos escuchado o leído muchas veces, y a una gran cantidad de escritores, filósofos y oradores inspiradores, sobre todo en América. La dijo Judi Garldland años atrás, pero también se la han atribuido a Mandela. Mucho más, desde la nueva Psicología Positiva,  plantea que a través del uso de las 24 fortalezas de carácter, podamos aproximarnos a la noción de la felicidad plena, cosa que se logra cuando podemos alcanzar “lo mejor que podemos llegar a ser” (mejor versión)

Y es que yo me pregunto, qué de esta frase popular le da sentido a mi vida en este momento. Entramos entonces, en la búsqueda del significado de las palabras, o al menos acerca del sentido o denotación tenga para quien suscribe. Es casi imposible entonces, que pueda escribir este post sin hacer mención a los que están hablando de esto, en estos momentos.Dijo Judy Garland:

“Procura ser siempre la mejor versión de ti mismo, y no una versión mediocre de alguien más.”
Judy Garland


La frase inicial, “la mejor versión de mi mismo”, comienza con un adjetivo, “la mejor” que en realidad desde lo que hemos aprendido desde la ontología del lenguaje de Echeverría (2003), lo “mejor” quizá sea un juicio que hagamos sobre algo. Entre lo mejor y lo peor tenemos entonces, una gama de posibilidades que pasa por no tener nada; por lo que hubiéramos podido decir en la frase solo “la versión…”. Pero en este caso, es la “mejor versión”, es decir, en base a un juicio personal, a lo superior, a lo que al ser comparado no llega a ser superado por otra cosa. Revisando el RAE y el Diccionario de la Real Academia,(2016), lo mejor tiene cuatro acepciones, todas adjetivas, sobresaliendo “superior a otras cosas” y “preferible o más conveniente”. Acá cabría aclarar si el juicio de lo mejor, lo hacemos nosotros mismos, o esperamos que otros denoten esa cualidad. Entiendo que como hablamos luego de “mi mismo” sea yo quién realice tal juicio.

Luego viene la palabra “versión”; una palabra compleja que según la RAE, (2016), presenta también cuatro acepciones. Se plantea primero como una traducción (como traducir un libro de poesías, o la Biblia misma), luego se trata acerca de cómo nos diferenciamos narrando algún suceso, (la versión de fulano sobre lo que sucedió…), luego viene el significado que pienso, tiene que ver más con la frase, y que son cada una de las formas que tenemos en relación a un texto, obra o suceso, (las versiones de una canción por ejemplo) y por último una que es específica para medicina. Las versiones entonces, pareciera son miradas distintas sobre la misma obra existente. En el caso de uno mismo, la base sería lo que uno considera que hoy uno es, como punto de partida y de allí se pueda re escribir de una  manera distinta. Lo complejo de uso de “la versión” es que siempre es algo que parece distinto pero es igual al original. Una amiga mía decía en una obra que compartimos en el teatro-coaching, que una versión “es el mismo perro pero con distinto peinado”. Luego, la mejor versión es lo que bajo nuestro propio juicio o mirada podamos calificar como lo más conveniente. No siempre las mejores versiones llegan a ser mejores que el original; y si no, que lo digan los amantes de la música.

Termina la frase con un pleonasmo. Un pleonasmo viene a ser según el RAE, una redundancia, o en sus propias palabras, “una figura retórica que consiste en la adición de palabras que no son necesarias en una frase, pues su significado ya está explícita o implícitamente incluido en ella.”. Decir “mi mismo”, indica con dos adjetivos posesivos, que se trata de mi persona. Querer enfatizar en esta frase implica a mi forma de ver, que la denotación de ser una mejor versión de lo que somos, sea entonces, un juicio de valor “personalísimo”.

Entonces ahora la frase queda mucho más complicada pues pareciera que el pleonasmo pudiese  ser observado en forma triple, ya que la versión es uno mismo, pero diferente, visto por uno mismo. Al final, es la misma idea escrita tres veces de formas distintas; lo que hace diferente a la frase, sea entonces el juicio de denotar que una forma del ser, sea distinta y superior a la que presentábamos antes.
Y la frase en “sí misma”,(otro pleonasmo), nos deja al menos tres interrogantes dialécticas importantes de contestar:

¿Cómo voy a reconocer esa mejor versión de mi mismo cuando aparezca?
¿Cuándo la voy a alcanzar?
¿Qué voy a hacer luego que la haya reconocido y alcanzado?, ¿Voy a ser feliz o voy a seguir siendo e intentando otras cosas?

Cuando uno revisa en internet acerca del estado del arte de la frase “la mejor versión de sí mismo” (o mi mismo), se encuentra que ha sido utilizada por grandes personajes de la historia mundial. También encontramos a explicaciones de coaches ontológicos y coaches positivos indicando la forma para alcanzar nuestra mejor versión. Sin embargo como dijimos, no se explica las interrogaciones anteriores. Pareciera ser entonces, que nuestra mejor versión sea una suerte de cosas, sucesos y factores que nos vayan sucediendo para ser de alguna forma una mejor persona, y reconocida por cada uno, como lo mejor que nos pueda pasar y en función de nuestras fortalezas. Sin embargo, podemos caer en la dimensión de lo metafísico, de lo inmutable, de lo conforme, desde donde, “lo logré”. Pero pareciera que nuestra mejor versión no sea como una meta a la cual podemos llegar; yo pensaría  más bien como un camino, donde las metas parciales, lleguen a ser parte de ese camino.

Una mirada actual acerca de lo que somos y lo que podemos ser, tiene que ver con lo escrito por el filósofo Nietzsche y la noción del devenir. El devenir es lo que nos pasa, nos acontece. Con ello fluimos y vamos siendo en función de nuestras acciones. La noción del devenir es más precisa con los cambios que se nos plantean al ser. Un ser que ya no es inmutable sino que va “siendo” como lo dijera nuestro poeta venezolano, Arturo Uslar Pietri, cuando escribe, “Yo sigo los pasos al hombre que voy siendo”. Poderosa frase. Nos indica que se fluye con el devenir de los tiempos y que nuestra percepción de la comprensión de lo que somos en un momento determinado, no acontezca a la misma velocidad de la percepción que tenemos de ello. Es por eso que Uslar sigue los pasos al hombre que va siendo, más rápido o al menos uno es más lento en percibir esos cambios. Lo interesante de esta frase es que no somos inmutables y que tenemos una responsabilidad de estar atento al devenir, a los cambios y a lo que en definitiva vamos siendo, quizá muy distintos a una versión mejorada de lo que antes éramos.Somos responsables del diseño del hombre que queremos ser.

El mismo Seligman, (Lindner, 2012), cuando plantea la universalidad de las virtudes humanas y desde allí las fortalezas de carácter, haya dicho y escrito que tales fortalezas cruzan transversalmente las cinco formas de vidas que nos acercan a la noción de la plenitud y desde allí a la felicidad. Las fortalezas de carácter se pueden medir desde un cuestionario VIA, (Values In Action), desarrollado por el mismo Seligman que nos muestran el orden en que usamos las 24 fortalezas. Ellas se usan desde la Psicología Positiva para alcanzar nuestra mejor versión. El test tiene 240 preguntas cruzadas que analizan lo coherente de las respuestas y ordena la lista mostrando las 6 fortalezas con las cuales nos identificamos más, usamos para avanzar, y ser mejores personas. Sin embargo, tampoco es metafísico esto, ni las fortalezas son inmutables en la posición que ocupan. Si bien es cierto que uno es el que contesta la encuesta, al cambiar nuestra percepción de lo que vamos siendo, también cambien el orden de las fortalezas. Es así, como en el interés de construirme distinto como persona, haya decidido que el HUMOR que estaba de última, pasara a los primeros puestos. Hice un trabajo en ello, y pude observar en los resultados, un movimiento  de los últimos a las primeras cinco fortalezas. Entonces, desde la psicología positiva, y en la búsqueda de lo que queremos llegar a ser, es que sean las fortalezas de carácter como los pinceles para comenzar a dibujar en un lienzo vacío lo que deseamos llegar a ser. Valerse de fortalezas distintas que no tenemos, nos hace poder avanzar en terrenos donde no contamos con competencias naturales..

Hasta ahora, pareciera que podemos voluntariamente, cambiar el “estado del ser”, entre otras cosas, con un  trabajo deliberado y constante; cosa que haga que al menos cambie nuestra percepción de lo que somos y seguramente se muestre ante otros como acciones definitivamente distintas y estos lleguen a reconocer los cambios sin la necesidad de que nosotros se los digamos. Se vuelve evidente.

Echeverría citando a Nietzsche desde la mirada nueva del existencialismo, nos muestra de cómo podemos llegar a ser autores de nuestro propio ser. Lo plantea inclusive como ser co-autor con Dios, en la creación de los seres humanos que somos y desde cada uno, por supuesto. Diría por lo que hemos descrito hasta ahora, y junto al devenir de aquello que vamos siendo, que aquello a lo cual aspiramos ser,  se relacione a nuestro propósito de vida, o a aquello que nos acerca al bienestar y al fin último aristotélico como es la felicidad. Seligman, desde la psicología positiva planteó en su primer libro que la felicidad era la suma de tres factores: Primero aquello que nos constituye como la carga genética, lo físico: las herencias; luego lo circunstancial, el medio ambiente, y por último a aquello ligado a las fortalezas y a lo que si podemos cambiar e incidir en ello. (Lindner citando a Seligman, 2012). Se trata nuevamente, del trabajo deliberado y permanente. Es así como nos construimos y constituimos; de forma deliberada, diseñada, deseada, y no como aquello que de repente nos pueda sorprender en algún momento, como nuestra mejor versión, o peor en aquello que otros decidan que debamos ser. En este caso, es una decisión de cada quién, y en sintonía con las teorías de Seligman en cuanto a las fortalezas, en un mundo impredecible donde fluimos en el devenir de las cosas, y de la vida misma.
Los seres humanos, quizá en la protección que sentimos desde lo metafísico hayamos decido que los cambios se deban a decisiones superiores o místicas. Pero el mismo Dios, (para los que creemos), nos dejó las frases,

 Dios creó al hombre a su imagen (Génesis 1:26). A diferencia de los animales, que actúan principalmente por instinto, nosotros somos semejantes a nuestro Creador. ¿En qué sentido? Por un lado, podemos reflejar cualidades divinas, como el amor y la justicia. Y al igual que él, tenemos libre albedrío.

Es el libre albedrío lo que nos permite tomar decisiones y actuar en consecuencia. En el devenir de la vida, en la construcción de mundos desde la ontología del lenguaje, y junto al bienestar de la psicología positiva, es que comprendemos que siempre podemos hacer mas, para convertirnos exactamente en quién queramos ser. (Apartando claro está, a los imposibles, p.e “yo quiero ir este año a la luna…”). En relación al libre albedrío judío cristiano, otros autores han escrito:

“Dios no quiere hacerlo todo, para no quitaros el libre albedrío y aquella parte de la gloria que os corresponde.”

Nicolás Maquiavelo

“El libre albedrío dejado al hombre es un don tan alto, tan trascendental, que más bien parece por parte de Dios una abdicación, que una gracia.”

Juán Donoso Cortés

Ya para terminar, antepongo la noción de la “mejor versión” a la de ser un hombre nuevo. Un poco como dijo Uslar Pietri, estar pendiente de cómo vamos cambiando mientras nos pasa la vida, pero viviéndola a plenitud. Se trata entonces, de ser y estar pleno y feliz durante el proceso mismo. Se trata de desengancharse del pasado y dejar la ansiedad de un futuro que aún no existe, ya que solo tenemos el hoy, lo que vamos siendo, en consecuencia. Es más, cuando seguimos nuestros pasos, lo hacemos desde la conciencia plena y hermosa de lo que somos en este momento, y con el reto de diseñar y crear nuevas posibilidades. Lo importante no es que sobrevenga  nuestra mejor versión, sino lo maravilloso del camino para ser una persona completa, nueva, plena y feliz. Somos definitivamente, responsables de nuestro propio “destino”. Mi nueva frase sería ahora:

“En el devenir de la vida, le sigo los pasos a la maravillosa persona que puedo llegar a ser, y en el propósito último de ser feliz”
o
"Florezco en el mundo de las posibilidades"

Hay una frase que aprendí del “Teatro-coaching” y le da sentido a mi vida y su devenir, y yo como un nuevo ser:
¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez?

Interesante lo que nos dice Mario Benedetti:

Esta mañana desperté emocionado
con todas las cosas que tengo que hacer
antes que el reloj sonara.
Tengo responsabilidades que cumplir hoy. Soy importante.
Mi trabajo es escoger qué clase de día voy a tener.
Hoy puedo quejarme porque el día esta lluvioso
o puedo dar gracias a Dios porque las plantas están siendo regadas.
Hoy me puedo sentir triste porque no tengo más dinero
o puedo estar contento que mis finanzas me empujan
a planear mis compras con inteligencia.

Hoy puedo quejarme de mi salud
o puedo regocijarme de que estoy vivo.
Hoy puedo lamentarme de todo,
lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo
o puedo sentirme agradecido de que me permitieran haber nacido.
Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas
o puedo celebrar que las espinas tienen rosas.
Hoy puedo auto compadecerme por no tener muchos amigos
o puedo emocionarme y embarcarme en la aventura de descubrir nuevas relaciones.

Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar
o puedo gritar de alegría porque tengo un trabajo.
Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a la escuela
o puedo abrir mi mente enérgicamente
y llenarla con nuevos y ricos conocimientos.
Hoy puedo murmurar amargamente porque tengo que hacer las labores del hogar
o puedo sentirme honrado porque tengo un techo para mi mente, cuerpo y alma.

Hoy el día se presenta ante mi esperando a que yo le de forma y aquí estoy,
soy el escultor. Lo que suceda hoy depende de mí,
yo debo escoger qué tipo de día voy a tener.
Que tengan un gran día… a menos que tengan otros planes.

Mario Benedetti

Soy un coach ontológico, aun en la búsqueda de competencias maestras, pero reconociéndome como un buen coach. Las 60 almas a las que he escuchado y me han permitido escucharlas, me lo han hecho saber. El escuchar, en el devenir de la vida, y las historias de las personas, se tejen como madejas de acero al alma, y así, ya no somos los mismos. Somos cada día, luego de efectuar el maravilloso acto de amor de escuchar, seres nuevos, en constante cambio, que se buscan, se crecen, y florecen en el maravilloso viaje que nos acerca a la plenitud y a la felicidad última, que tanto merecemos.


Bibliografía estudiada y sugerida:

Nota: La imagen es de una hilandera, que para mi representa el hilado de madejas de acero que se tejen en el corazón de las personas que aprenden a escuchar a otros…
Imagen CC de uso libre en la web. Disponible en,
https://pixabay.com/es/spinner-hilandero-irland%C3%A9s-mujer-559751/


1 comentario:

FacilityManager dijo...

INVICTUS
Willian Ernest Henley,
(1849-1903)

Mas allá de la noche que me cubre,
negra como el abismo insondable,
doy gracias a cuales dioses fuere
por mi alma inconquistable.

En la cruel garra de la circunstancia
no he gemido ni llorado.
Sometido a los golpes del azar
mi cabeza sangra, pero está erguida.

Mas allá de ese lugar de ira y llantos
yace sino el horror de la sombra.
Y aun en la amenaza de los años
me halla y me hallará sin temor

No importa cuan estrecha sea la puerta,
cuán cargada de castigos la sentencia,
Soy el amo de mi destino,
Soy el capitán de mi alma.